Hoy en el taller de autoestima, vamos a hablar del "miedo al fracaso", en sus distintas vertientes, en el trabajo, en la pareja, etc. Si quieres participar contacta con nosotros en el teléfono 642 570 885. Os esperamos como siempre a las 21.30.
“Rendirse para Ganar”, esta sesión que acabamos de recibir hoy, muchas personas no la comprenden, normalmente exclaman - ¿Cómo me voy a rendir para ganar?,- porque entendemos que “rendirnos” es una actitud de sumisión y sometimiento, que nos cuesta aceptar. Por ello sentimos gran rechazo a tomar esa acción, ya que entendemos que nos deja en desventaja y de alguna forma nos sentimos inferiores, es nuestro “ego”, que nos habla, y decide luchar interiormente causándonos estragos, con el fin de ganar la partida.
Pero hay otra forma de entenderlo; entender la acción de “rendirse”, como una capacidad de entrega, aceptar el momento que estamos viviendo, vivir en el presente, en el aquí y ahora, y entregarnos a él. Fluir con él, porque si esta aquí, es que algo nos ha venido a enseñar, por lo que no debemos poner resistencia y si aceptarlo para aprender de él.
Para llegar a esta comprensión, debemos entender que todo sufrimiento es “auto-creado”, lo generamos cuando nos resistimos y no nos permitimos ver lo que está sucediendo, y nos negamos a salir de nuestra “zona de confort”. Lo que creemos, creamos.
Cuando nos permitimos dejar de sufrir por lo que estamos viviendo, se produce la magia, y ya no creamos sufrimiento ni para nosotros ni para lo demás, porque tal como nos tratamos, tratamos a los demás.
El “sufrimiento” es un maestro, ya que nos ayuda a conectarnos con nosotros mismos, pero tenemos que recordar que la vida es un aprendizaje, y siempre podemos escoger la manera de vivir, desde el “dolor” o desde el “amor”.
De nosotros depende, se aprende más de las derrotas que de las victorias. El éxito pocas veces nos lleva a la superación, en cambio la derrota nos invita a esforzarnos a superarnos y conseguir nuestras metas.
Cuando realmente, nos rendimos y nos libramos de nuestros temores, es el momento que confiamos en nuestra parte divina, entablando ese diálogo interior, que nos llevará a alcanzar nuestras metas.
Laura Berbis
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Sesión 4: Resentimiento. Culpabilidad
Practicar el Perdón.
Cuando alguien te cae mal, ese alguien vive en tu cabeza sin pagar alquiler.
Desconocido.
Una vez tuve la oportunidad de trabajar al lado de un hombre que estaba pasando un doloroso divorcio. Al principio yo procuraba ayudarle a olvidar sus preocupaciones hablándole de otras cosas, pero pronto me resultó obvio que se sentía tan atormentado, que no podía pensar en nada más.
Una y otra vez criticaba amargamente a su ex esposa por las cosas con las que “pretendía quedarse”, al abogado de su ex esposa por apoyar las demandas de la mujer, a su propio abogado por no mostrarse más sensible a la angustia de su cliente, a todo el sistema judicial, a sí mismo por haberse casado.
Era fácil ver lo que pasaba. No sólo una persona, sino todo un reparto de personajes habían fijado su residencia en la cabeza de aquel hombre. No había espacio siquiera para un breve intervalo de serenidad, ni para alguna clase de pensamiento racional. Aunque hubiera sido capaz de modificar el orden de sus prioridades, le habría resultado imposible pensar en reconstruir su vida.
Huelga decir que aprendí más sobre el resentimiento presenciando del sufrimiento de aquel hombre, que si hubiera pasado yo mismo por experiencias parecidas. Cuando estás lleno de resentimiento suele ser difícil ver lo que te haces a ti mismo. Cuando ves que le pasa a otra persona a veces resulta mucho más fácil captar el mensaje.
PENSAMIENTO La persona que causa tu resentimiento probablemente ni siquiera es consciente de ello. |
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Sesión 3: Orgullo.
Verdadera y falsa Humildad.
Buena disposición a aprender
El orgullo es al carácter lo que la buhardilla es a la casa: la parte más alta y generalmente más vacía. John Gay
PENSAMIENTO
La soberbia es un obstáculo en el camino hacia Dios.
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Sesión 2: Autocompasión
Ser responsable
Tomar las riendas de la propia vida.
La aflicción es el sufrimiento de un instante, abandonarse a la aflicción es el error de toda una vida.
Benjamín Disraeli.
La lástima que sentimos por nosotros mismos es una emoción a la que todos creemos “tener derecho” de vez en cuando. Es normal y relativamente inocuo apiadarnos de nosotros mismos de vez en cuando, en ciertas circunstancias. Con todo el resultado puede ser más serio cuando nos entregamos a esta emoción en apariencia inofensiva durante un período largo.
¿Qué ocurre realmente cuando nos inunda la autocompasión? Contemplamos las cosas con una perspectiva limitada, por dos razones, como mínimo. El dolor deforma nuestras emociones y nuestros pensamientos, por lo que el problema parece mucho peor de lo que es. Y concentramos nuestras energías en el problema en lugar de en la solución.
Cuando cedemos a la lástima por nosotros mismos nos damos una excusa para no hacer nada. No somos capaces de superar la crisis ni estamos dispuestos a tomar medidas para ayudarnos a nosotros mismos. Puede que permanezcamos inmóviles durante un tiempo, pero normalmente acabamos retrocediendo.
Aparte de estos resultados, si estamos llenos de “aflicción” por nosotros mismos, nos distanciamos de Dios y de los pensamientos y acciones espirituales. En nuestro corazón y en nuestro cerebro no hay espacio para el agradecimiento por las bendiciones que recibimos en nuestra vida.
PENSAMIENTO La buena disposición es lo único que se necesita para salir del problema y entrar en la solución. |
En esta ocasión el texto corresponde a la Sesión número 1 ;
Rendirse para Ganar
En el caso de un hombre, la resignación acumula tesoros en el cielo; en el caso de otro, no hace más que almacenar explosivos en el corazón.
Francis Herbert Bradley
Durante toda la vida y especialmente cuando somos jóvenes, nos enseñan que ganar es lo que más importa. “Ganar no lo es todo –nos dicen los héroes del deporte al tiempo que guiñan un ojo-. Es lo único”.
Nos hicimos mayores creyendo que para llegar a ser ganadores teníamos que trabajar con ahínco y arrimar el hombro. Aprendimos a esforzarnos una vez y otra más hasta que, como la pequeña locomotora que sube trabajosamente la pendiente, adoptáramos la importantísima mentalidad del ganador.
No es nada extraño, en vista de ello, que la mayoría de la gente no quiera ni pensar en rendirse. En cuanto a rendirse para ganar, eso no es lo impensable, sino imposible. Pero la paradoja que representa la fuerza en la rendición es verdad; renunciando a nuestro antiguo “ser” nos convertimos en individuos nuevos, más fuertes.
En ciudades y naciones de todo el mundo, cada vez somos más lo que estamos aprendiendo a pensar lo impensable y conseguir con ello lo imposible. Nos rendimos para ganar y de esta forma permitimos que Dios haga por nosotros lo que no pudimos y todavía no podemos hacer por nosotros mismos.
Nos estamos librando de la servidumbre del yo. Nos estamos librando de nuestros temores y obsesiones. Nos vemos guiados hacia nuevos reinos de libertad y serenidad.
PENSAMIENTO Rendirse para ganar. |
Nuestra Fundación quiere tener como objetivo la promoción y ayuda a todos aquellos proyectos y progremes de carácter social, espititual o humanístico, que puedan servir para iniciar a las personas a encontrar un tanto un equilibrio moral y espiritual como una salida digna a nuestra sociedad a nivel laboral.